Uno de mis favoritos desde la adolescencia, este #ViernesDeLectura recomiendo la monumental primera novela del Premio Nobel de Literatura 1957 Albert Camus: El extranjero.
El extranjero es uno de los libros que más he leído a lo largo de mi vida. Empieza con uno de esos párrafos memorables de la literatura universal que cuentan por sí solos una historia: “Hoy ha muerto mamá. O quizás ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: ´falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias´. Pero no quiere decir nada. Quizás haya sido ayer.”
Con una narrativa breve y sin muchos aspavientos, esta obra de ritmo lento y tedio provoca que lo que no sucede en la historia, ocurra en el lector: la indiferencia del protagonista, Meursault, ante la muerte de su madre, ante el amor de una mujer, ante el asesinato de un hombre, ante una sentencia de muerte, hace brincar la empatía de cualquier persona con emociones y sentimientos.
La aparente frialdad del personaje principal, su poco interés por los menesteres de la vida resultan paradójicos al momento de defenderse instintivamente contra un hombre que amenaza con atentar contra su vida. Pero después comprendemos que en realidad lo mueve la inercia y no pasión o idealismo alguno.
Justo por eso es un libro tan importante, porque en este mundo la verdad no siempre triunfa, somos individuos extranjeros y el sentido común es el menos común de los sentidos. Y aunque la literatura probablemente no tenga sentido, por lo menos en un texto así cada quien interpreta lo que se le da la gana. Eso ya es ganancia.